Los inicios del proyecto
Sois muchos y muchas los que preguntáis con bastante frecuencia que cómo se me ocurrió el nombre “De Pitiminís” para la tienda y el caso es que puedo adelantarte desde ya, que no fue para nada fácil.
El mundo de las tiendas online y las páginas web es lo más de lo más en estos momentos y además es un mundo que cambia casi que podríamos decir por días. Este proyecto, era por aquel entonces, mi primera envergadura. Llevaba años con este proyecto en mente y tras un par de intentos anteriores, en los que, por diversos motivos, aún no había podido hacerlo realidad, lo cierto y verdad es que este proyecto seguía rondando por mi cabeza y eso fue una de las claves que me hizo finalmente decidirme y lanzarlo. El hecho de que fuese una idea que no se borrase de mi cabeza con facilidad, me hacía tener cada vez más claro que yo quería emprender de verdad.
Siempre he sentido mi proyecto como si fuese un “hijo mío”. ¿Conoces esa frase que muchas madres dicen que dice algo así como “El mismo día que nació mi hijo, yo nací como madre”? , pues algo bastante parecido es lo que siento yo con mi proyecto. De Pitiminís nació de cero a la misma vez que nacía una emprendedora. Una chica de 28 años que quería hacer realidad ese gusanillo que tenía por dentro desde hace ya algún tiempo y que no sabía muy bien como tenía que hacerlo ni tampoco si sabría hacerlo, pero que tenía tanta motivación que movió cielo y tierra, estudió y se informó para poder hacerlo. Preguntó lo impreguntable y se embarcó.
Emprender es algo lento, que lleva un tiempo, a veces, indeterminado porque no depende de ti, pero lo cierto y verdad, es que entre tantos y tantos pasos que se han de dar hasta hacerlo realidad, la elección del nombre del proyecto es uno de los pasos más importante y que con más cariño recuerdo. Te volveré a hacer la comparativa con unos padres cuando escogen el nombre para su hijo/a. ¡pf!, eso ya es para siempre, será ese distintivo con el que te identifiquen y tiene que ser algo que te llene, que te inspire, que te atraiga y por supuesto, que te enamore.

El proceso de elección del nombre
El proceso de elección del nombre del proyecto lo recuerdo como uno de los momentos más importantes y bonitos, eso sí, para nada fue fácil, me atrevería a decirte, que fue de los momentos de más estrés y entusiasmo a la vez.
Cómo he comentado al principio, estamos totalmente en una era tecnológica en la que todo funciona a través de páginas webs y esto hace que cada vez haya más y más webs creadas en el universo de internet. Un universo amplio en el que se compite a nivel mundial.
No sé si conoces que no puede existir dos empresas con el mismo nombre a efectos legales, pues en el mundo de internet pasa igual, a la hora de escoger los dominios ó nombres para tu tienda, es imposible que dos negocios puedan tener el mismo dominio, puesto que de ahí viene luego la URL que dirigirá a tu web. Imagínate, yo por aquel entonces, inocente de mí, me puse a comprobar dominios disponibles con una hoja llena de posibles nombres por delante y por detrás y ¿Cuál fue mi sorpresa?, ¡ninguno estaba disponible!.
Estuve más de dos semanas buscando diariamente un nombre para la tienda que estuviese disponible, me gustase y lógicamente, tuviese un sentido en la dirección en la que el proyecto iba a ser direccionado.
La verdad, llegué a sentir momentos de verdadero estrés con el nombre, aunque te confieso que ahora echando la vista atrás, fue de los momentos más bonitos de los inicios del proyecto.
Cómo fue la elección del nombre y por qué
Ante la gran cantidad de días que llevaba ya con el tema de la búsqueda del nombre, recurrí a mis familiares más cercanos (mis padres y mi hermano) que tuvieron que sentarse una noche conmigo y entre los 4 empezamos a decir nombre y ver su disponibilidad. Está claro que no era tan fácil, porque no me servía cualquier nombre. Tenía que ser un nombre con las siguientes características:
- Bonito
- Atractivo
- Que sonara bien
- Que reflejase la identidad del proyecto
- Femenino
- Moderno
- Delicado
Si tu sumas todas estas palabras es que blanco y en botella, sale ¡De Pitiminís!, ¿verdad?.
Recuerdo que fue a mi padre a quien se le vino a la cabeza la palabra Pitiminí. No sé si sabes que el Pitiminí es un rosal pequeño, bonito, delicado, atractivo y que gracias a él y a sus características tenemos ese dicho tan conocido como es “Ir de Pitiminí”, que hace referencia a ir elegante, sofisticado, arreglado y de buen ver. Así que le añadimos una preciosa “S” y tras dos semanas de intensísimo parto nació “De Pitiminís”.

Y aquí estamos, que en breve, De Pitiminís cumplirá 3 años y nos parece increíble que ya haya transcurrido tanto tiempo desde esa elección de nombre que tanto nos costó, ¡aún nos parece que fuera ayer!.
