
Bienvenidos a De Pitiminís
Quiero que te sientas como si llevases aquí toda la vida y para ello, creo que lo primero es que me conozcas, así que, pasa y ponte cómodo/a, te voy a contar quién soy.

Mi historia
Hola, soy Mari Carmen, maestra de Educación Infantil y fundadora de De Pitiminís.
Nací el 5 de enero, muchos me dicen que fui un gran regalo para mis padres, yo no lo tengo tan claro.
Siempre he sido curiosa, avispada y muy inquieta por aprender cosas nuevas, pero también muy payasa y creativa, jugaba con cualquier cosa que estuviese a mi alcance. En 1995, con 4 añitos, comienzo el colegio.
Mi madre, siempre cuenta que nada más comencé el cole, yo solo sabía decirle; “mamá, ¡quiero ser maestra!”. Y es que siempre me he sentido muy conectada con el mundo de la educación y la enseñanza.
El amor por la papelería
Ir a la papelería y comprarme el nuevo material escolar, era para mí el mejor momento del año.
En clase, observaba los materiales de mis compañeros y profesores. Cómo me gustase alguno, al llegar a casa, les pedía a mis padres que me lo comprasen. Era tan pequeña, que yo no me fijaba en la marca del material, pero se los describía al dedillo para que me lo pudiesen localizar, ¡imagínate qué reto para ellos!, tengo que decirte, que lo conseguían.
Tener ese material me hacía creer que era maestra y por las tardes, recreaba un colegio que, junto a mis vecinos como alumnos, me embobinaba en mi sueño. Dudo mucho que les pasase lo mismo a ellos, puesto que les tenía dando clases toda la santa tarde. ¡Les daba mucha caña!

Mis abuelos
Mis abuelos siempre han tenido una gran importancia en mi vida. Mis padres tenían que trabajar muchas horas y por esta razón, yo pasaba mucho tiempo con ellos.
Mi abuela era esa mujer que estaba allá donde la necesitasen, una mujer llena de bondad y siempre pendiente de los demás antes, que de ella misma. Pasaba con ella horas viendo la tele, ayudándola a cocinar, ir de compras…
Mi abuelo, siempre fue un referente en todos los aspectos de mi vida. Sacó a su madre y sus hermanos adelante gracias a sus empresas. Cuando yo era pequeña, me llevaba con él en el coche a realizar gestiones y luego, comíamos juntos en algún restaurante.
Al final del día, cuando mis padres pasaban a recogerme, el siempre se despedía con un beso y una moneda, que al principio eran 100 pesetas y después pasó a ser un euro.

Y seguí arriesgando…
Más tarde, conseguí entrar en la Universidad para realizar la diplomatura de Magisterio especialidad Educación Infantil, eso sí, en Huelva, bastante lejos de casa. Así que, yo una chica súper apegada a casa tuve que apostar por mi sueño yéndome a 160km de mi hogar. Evidentemente, pudieron mis ganas por cumplir mi sueño y me fui. Es estando en 2º curso de carrera cuando atravieso por un bache. Fallece mi abuela y este hecho, me termina llevando a un túnel
oscuro, la depresión.
Aunque lo recuerdo como una de las etapas más difíciles, ya que, tuve que medicaciones, terapias y
consultas, no falté a clase ni un solo día y me examiné dentro de los márgenes de tiempo estipulados con
regularidad. Un gran sobreesfuerzo que tuve que hacer para graduarme a la par que lo hizo mi promoción.

Mi primer trabajo
En 2013, conseguí mi primer trabajo en una escuela infantil, pero también fué el año que me presenté por primera vez a las oposiciones de magisterio. Las oposiciones no resultaron exitosas y decidí dejar el trabajo y prepararme bien las siguientes oposiciones. Pero, nuevamente, las cosas no salen como tenía planeadas, la desilusión me innunda y las oposiciones de ese año terminan no siendo convocadas para mi especialidad.
Llegan meses difíciles y de mucha escucha interna, es entonces, cuando llego a la conclusión que, entre la carrera, la depresión y la gran frustración de la oposición me he ido abandonando a mí misma para centrarme en la rutina y que era el momento de ponerme en manos de buenos profesionales y perder peso.
Recuerdo que empecé la dieta el mismo día de mi cumpleaños, y me vi obligada a elegir, para merendar, entre comer un trozo de roscón de Reyes o una fruta. Evidentemente, escogí la fruta. Tras muchos meses trabajando en este nuevo objetivo y bajo la vigilancia de médicos, logré perder más de 40kg de peso, con constancia, dedicación y dejando a mi cuerpo tomarse el tiempo necesario para este nuevo cambio.

Llega 2017 con nuevas oportunidades
Siempre me han gustado los retos y creo que la vida te los pone para darte la oportunidad de superarte. La superación de la depresión y los aprendizajes adquiridos en las terapias, la pérdida de peso y todo lo que crecí gracias a las circunstancias que se me rodearon, hicieron que me encontrase con la Mari Carmen que verdaderamente quería ser.
2017 me devolvió la oportunidad de volver a estar en las aulas. Comencé a trabajar en la escuela infantil en la que sigo en la actualidad. Aquí, trabajo como maestra de Educación Infantil y soy enormemente feliz realizando mi trabajo vocacional.
Al volver a tener posibilidad económica, me hice con materiales de Lettering, Art Journal y por supuesto, diversos bolígrafos y cuadernos que son mi verdadera perdición. Por lo que, sin apenas darme cuenta, asiento esa base emprendedora que había dentro de mí. Durante el confinamiento, reacciono a ese espíritu emprendedor en el que había estado trabajando sin darme cuenta. Así que, planteé la idea en casa y fueron ellos, los que, pusieron a mi disposición aquel dinero ahorrado, que mi abuelo me había ido dando desde pequeña.


Y nace De Pitiminís
Es así como uno mi vocación con mi pasión y el 12 de octubre de 2020, nace De Pitiminís.
En la actualidad, me siento muy feliz. La constancia, el esfuerzo, la dedicación y el paso del tiempo han hecho que yo pueda dedicarme a aquello que amo; vocacionalmente y pasionalmente.
Además, he aprendido que ante cualquier
situación fuera de mi control, las mejores herramientas siempre serán esos bolígrafos y cuadernos para
conectar con aquello que quiero y a lograrlo siempre.